Historietista, director de cine y fundador de revistas que adquirieron gran popularidad, García Ferré nació en 1929 en Almería (España) y arribó a los 17 años a la Argentina junto a sus padres. De formación autodidacta, luego de trabajar en diversas campañas publicitarias, en 1952 realizó su primer cómic para el semanario infantil Billiken. Se trataba de Pi Pío, una tira donde se conocieron por primera vez creaciones como Oaky e Hijitus.
El éxito de sus historietas lo llevó a crear su propia editorial. En 1964 lanzó la Revista Anteojito, que llegó a vender más de 300.000 ejemplares semanales y se publicó de forma interrumpida hasta 2002. También editó El Libro Gordo de Petete, una enciclopedia para niños y jóvenes; y otras revistas, como Muy Interesante y Ser Padres Hoy.
Sus personajes también llegaron a la televisión en 1967 a través de los episodios semanales de la serie animada Hijitus, que acaba de ser editada en DVD. Calculín y la familia, El club de Anteojito y Antifaz y El libro gordo de Petete fueron otros de sus ciclos televisivos.
Mil Intentos y un invento marcó su debut en el cine en 1972 y recibió el premio Pelayo de Oro en el Festival Internacional de Cine para Niños de Gijón (España). La cinta fue reestrenada en 2001 con nueva banda de sonido y bajo el título Anteojito y Antifaz: Mil Intentos y un Invento.
Más tarde se estrenaron Las aventuras de Hijitus (1973), Petete y Trapito (1975) e Ico, el caballito valiente (1987), que fue premiado en los festivales de Moscú y Tomar (Portugal).
En 1999 volvió al cine con Manuelita la tortuga, basado en el popular personaje de María Elena Walsh, y se convirtió en uno de los más grandes éxitos comerciales en la historia del cine argentino con más de 2.400.000 espectadores. Su último filme hasta la fecha es Corazón, las alegrías de Pantriste, estrenado en el año 2000.
Váyanse ustedes, que tienen hijos. Yo me quedo” gritó Oscar Ismael Poltronieri mientras disparaba contra más de 600 ingleses desde el "Monte Dos Hermanas" en las Islas Malvinas hace 37 años
Oscar Ismael Poltronieri con 18 años y siendo analfabeto, por sus acciones de combate durante la batalla del "Cerro Dos Hermanas" en la Guerra de Malvinas, quien era operador de una ametralladora, y desoyendo la orden de retirada y quedándose combatiendo él solo, permitió el repliegue de todos sus compañeros (más de 150 soldados incluidos sus superiores) a zonas seguras y disparando al enemigo con su única boca de fuego. Impidió el avance de todo el dispositivo ofensivo británico durante más de 10 horas. No podía moverse por estar herido. Prefirió quedarse cubriendo la retirada de sus compañeros, consciente de que, herido como estaba, los iba a retrasar. Solito, herido y de noche, se bancó enfrentar a los soldados más profesionales del mundo. Por este acto recibió la medalla "La Cruz de la Nación Argentina al Heroico Valor en Combate". Es el único soldado conscripto vivo en recibir la máxima condecoración que otorga nuestra Nación. Luego de la Guerra, Oscar intentó suicidarse, vendió baratijas en los colectivos y trabajó de remisero. Pero lo más importante fue que soldados y oficiales ingleses lo buscaron para expresar su admiración por él y fue condecorado en Inglaterra con "La Cruz de Hierro al Valor". En los colegios de nuestro país los alumnos no lo conocen, no saben quién es. La historia es contar, narrar los acontecimientos, hechos, junto a sus personajes, los verdaderos protagonistas. Al contar y compartirlo colaboramos con el maravilloso proceso de construcción de la memoria y el honor de un pueblo, de una Nación "Argentina" y su transmisión a las generaciones venideras. "...Los únicos héroes que se mueren son los que se olvidan.
Rec. H. Montiel
Hormiga Negra junto a los periodistas de Caras & Caretas. San Nicolás, provincia de Buenos Aires. Año 1901. Autor sin identificar. Colección Archivo General de la Nación.
Guillermo Hoyo, más conocido como «Hormiga Negra», fue un gaucho argentino, procedente de San Nicolás de los Arroyos, quien fue inspiración en la literatura argentina para la novela que lleva su apodo del autor Eduardo Gutiérrez. Nació en Alto Verde, cerca del Arroyo del Medio en el partido de San Nicolás, provincia de Buenos Aires, entre fines de junio y principios de julio de 1837. Su padre, Leonardo Hoyo, también conocido como Hormiga Negra, era un hombre respetado y querido por la gente del lugar. Guillermo trabajó como peón y resero, y también sirvió en las batallas de Cepeda y Pavón como soldado de la brigada de artillería de Rosario. En 1859, se casó con la rosarina Juana de los Dolores Acuña. Aunque muchos lo describieron como un gaucho malo, su valentía se demostró en su participación en las batallas mencionadas anteriormente. Fue acusado de varios delitos, incluyendo el asesinato de Santiago Andino en Santa Fe, la muerte en una pelea de Pedro José Rodríguez, hecho por el que Hormiga Negra pasaría casi diez años de su vida prófugo, y el supuesto degollamiento de un niño por robarle unos quesos. Fue condenado a seis años de prisión por el asesinato de Lina Paenza de Marzo, pero más tarde se descubrió que el verdadero asesino era Martín Díaz, el esposo de la víctima. La leyenda de Hormiga Negra parece estar en desacuerdo con su vida personal, ya que algunos lo describen como un hombre amable que ayudaba a los menos afortunados, mientras que otros lo consideraban un hombre temible que causaba terror en la región. Se cree que él mismo ayudó a construir su leyenda para ganarse un lugar en una época en la que la violencia y el valor se medían por la fuerza, el cuchillo y la bebida. También es probable que muchas de las historias que se le atribuyeron formen parte del imaginario colectivo. En su época, las autoridades fueron en parte responsables de la inmensa criminalidad en la campaña, según Eduardo Gutiérrez en su libro "Dramas Policiales". Los gauchos tenían pocas opciones en la vida, y se veían obligados a elegir entre el crimen y servir como carne de cañón en el ejército. Vivían en un estado de abandono criminal y carecían de derechos, y el ser gaucho era mal visto. A su vejez, Guillermo Hoyo, fue un hombre trabajador que logró construir una modesta fortuna en la localidad de San Nicolás de los Arroyos, donde alguna vez fue conocido por sus malas acciones. Sin embargo, sus contemporáneos no podían creer que el anciano apacible frente a ellos, era el mismo matrero cuyo nombre había sido temido y pronunciado con espanto. A pesar de su turbio pasado, Guillermo disfrutó de un buen concepto en su comunidad. Falleció a la edad de 81 años en la misma localidad el 1 de enero de 1918. De su matrimonio con Juana Dolores Acuña habían nacido siete hijos: Guillermo en 1860, quien contrajo matrimonio con Casimira Pavón; Marcelina en 1863, quien se casó con Damaso Reinoso; Benjamín Ezequiel, nacido en 1865 y fallecido en 1887; Prudencia Josefa nacida en 1868; Esteban Joaquín en 1872; Eliseo José Joaquín en 1873 e Ignacio Ramón en 1881. Si les gustó la publicación y se sintieron atraídos por la historia de Guillermo Hoyo, les recomiendo explorar estos enlaces, donde podrán conocer más detalles sobre su vid.
Recopilacion. H. Montiel
HERIBERTO MONTIEL
RECORDANDO A ENRIQUE OVIEDO
Dicen que el criollo zorzal no arranco con su preludio esa mañana de junio silenciado su trinar en ofrenda fraternal para acompañar al cielo a aquel hermano de vuelo aquel que sin ser cantor en el Valle fue la voz de su pueblo: ENRIQUE OVIEDO. Locutor insuperable de gola privilegiada voz por muchos envidiada, animador impecable de eventos inolvidables, una vida consagrada a rescatar la gauchada y entre cultura y deporte fueron su pasión y norte y ciclismo y la tonada. Así dice una parte de la poesía titulada TRES DE JULIO DÍA DEL LOCUTOR “A ENRIQUE, LA VOZ DEL VALLE”, que le dedico René Gatica al “LOCO” ENRIQUE OVIEDO, como todos cariñosamente lo llamaban. Para no olvidarnos de que sigue entre nosotros porque hay algo de él que queda, para eso Periodista XXI, entrevisto a Gladys Di Lorenzo de Oviedo, esposa del desaparecido Locutor Tunuyanino. Ella nos comentaba que la historia de la Radio FM Libertada es la siguiente esta radio se inicio el 20 de julio del 2000 día del amigo, y el nombre es muy importante se llama Libertad por que fue creada ese día y juntando esas dos cosas libertad y amistad se hace algo muy grande, estuvo abierta hasta el 10 de junio del 2003 desde entonces permaneció en silencio por vario tiempo y después de mantener un dialogo con la familia llegamos a la conclusión que era lo que más amaba, el micrófono y la radio era su vida entonces dijimos que no podía estar en silencio y si de algún lado los estaba mirando esta era la felicidad que le podíamos brindar, nos pusimos de acuerdo con mis hijas y ayudados con gente que sabe por que nosotras no sabíamos nada de esto auque habíamos estado cerca de una persona que sabía mucho, pero con la ayuda de Dora de Andreoni y otros amigos de Enrique empezamos de nuevo y elegimos un 20 de julio del 2004 para ponerla en funcionamiento nuevamente y ahora es una empresa familiar, yo estoy al frente con mis dos hijas una de ellas no si lo lleva en la sángrese o la necesidad hizo que sea locutora y te dijo que le sale muy bien conduce un programa los sábados en la mañana, realiza las grabaciones de publicidades y la más chica esta a cargo de lo que es producción hace ocho meses que estamos en el aire y estamos muy contentas por lo resultados obtenidos hasta el momento, vamos creciendo muy lentamente. Periodista XXI saber más sobre Enrique Oviedo le consultamos a Gladys como comienza a gestarse la idea de la emisora. Y nos dijo: creo que desde que yo era novia de Enrique en su mente estaba en que tenía que tener una radio, y bueno comenzamos a pensar que debíamos ponerla esta casa estaba desocupada, nos llego un dinero que estábamos esperando y dijimos este es el momento de colocar la radio, comenzamos a construir el equipo la antena, y así fue creciendo yo siempre dijo que esta radio era Enrique Oviedo por que pasaba todo el día en el ella solo hacía un alto para comer y seguía en ella. El trabajo transmitiendo las vueltas de Mendoza para radio LV 10 donde tambien hacía trasnoche, trabajo en Radio LV8, en canal 6 San Rafael, en LV24 radio Manantiales, y LV6, toda su vida fue un micrófono, amaba esa profesión y amaba el festival de la Tonada a Voy a decir algo que siempre me cuesta mucho decirlo, El decía no me voy a morir sin tener una radio y casi se cumple, inauguro esta radio que tanto quiso y alcanzo a disfrutarla un año y meses. ELIANA la hija nos comentaba que muchas cosa que dice en su programa es por que las aprendió de su padre, es una experiencia inolvidables recuerdo cuando era muy chiquita que el me llevaba a cuanto acto le tocaba, tambien me llevaba a LV10 y mientras el trabajaba yo solía jugar con los discos realmente es un orgullo para mí poder hacer esto, por que se que todo los sábados cuando hago el programa pienso que el esta sentado al lado mío guiándome.-
Sábado 22 de enero de 2005
Fiesta departamental de la vendimia
NURI DONNANTUONI ES LA REINA
San Carlos tuvo su fiesta departamental de la vendimia, en un acto que se diferenció de otros años por la excelencia y calidad artística, libreto y puesta en escena de casi 400 bailarines.
La organización central estuvo a cargo de la Directora de Cultura Liliana Fontana, y un amplio equipo de trabajo integrados por otras áreas. Siete candidatas al cetro vendimial rezaban esa noche por conquistar el corazón del pueblo Sancarlino, su anfitriona la bella Alejandra Alegre apostó a su carisma para despedirse de un año inolvidable.
El espectáculo artístico denominado “El Espíritu del Agua hecho vino”, libreto de Alberto Piattelli desplegó durante una hora y media un elenco de Danza Folklórica, españolas, bolivianas, además de la convocatoria de distintos actores que fueron interpretando magistralmente el guión. La obra dejó una enseñanza y reflexión reafirmando la importancia del agua para nuestra tierra, y la vida que nos ofrece a través de la vid. Una sobria dirección de Gustavo Ferreira, y con la coreografía del profesor Benito González termino con la ovación delas de cinco mil espectadores, que colmaron al anfiteatro Neyu Mapu.
Nuri, la elegida…
Luego del sensacional show artístico, quedo todo preparado para la coronación de la nueva reina departamental de San Carlos. Las barras de cada candidata exteriorizaron emoción y nerviosismo, aunque el público, poco a poco, comenzó a inclinarse por la candidata de Pareditas.
Con la participación del público en la elección de la nueva reina, y una animada conducción del experto Cacho Castro y María Elena Coronel, fueron cantando voto a voto era la confirmación que la corona se dirigía, después de muchos años, al distrito de Pareditas.
Quedó reflejado en la definición y resultado final, que la corte había tomado una postura en caso de ganar la representante Pareditana, y lo demostraron al saludar efusivamente a la reina en medio del escenario y celebración de la flamante reina. Sin embargo, este detalle ya casi normal en todas las fiestas vendímiales, no apocó la belleza y el merecimiento de posar la corona en Nuri, una bella joven de 19 años de edad y toda una cuota de expectativa para la noche más importante de su vida en el Frank Romero Day.
Los fuegos artificiales cerraron una noche espectacular, y vistió el cielo inigualables coloridos. El cierre musical no estuvo a la altura de las circunstancias, y la gente lo hizo notar.
Fuente Periodista XXI
Recopilación H. Montiel
Historia de una pequeña sala de primeros auxilios que
Se convirtió uno de los principales nosocomios del Valle de Uco-
En 1934 el departamento de San Carlos tenía ya más de 11.000 habitantes. La llegada del ferrocarril, la radicación de algunas industrias y comercios y el desarrollo de las actividades agropecuarias había provocado en los últimos años un importante aumento de la población, del orden del 80 por ciento.
Se hizo entonces imprescindible un centro asistencial que atendiera las necesidades primarias y que por su ubicación fuera de fácil acceso desde cualquier punto del departamento.
Por iniciativa de don Bernardo Quiroga, se instala la primera sala de primeros auxilios en Eugenio Bustos y el primer médico es contratado expresamente en la Ciudad de Mendoza.
A partir de esta realización y tras su laborioso proceso, Eugenio Bustos se va transformando en un polo de concentración en procura de atención medica y en un centro de difusión, divulgación y prevención que llega a conformar un eficiente sistema sanitario para todo San Carlos.
La salita de primeros auxilios creció en cantidad y calidad, en relación directa a las exigencias de la población, hasta llegar a ser hospital. Paulatinamente sus efectos se extienden y llegan hasta los rincones más alejados y más necesitados, con el programa de atención periférica y por acción de los agentes sanitarios. Se obtiene así grandes logros, como llegar a bajar la desnutrición infantil entre los años 1984 y 1987.
La localidad de Eugenio Bustos en 1934 y 1948 era un pueblito, en plena expansión. A partir de la llegada del ferrocarril, en 1923, se establecieron casas comercios, aserraderos, industrias y empresas agropecuarias. La población creció considerablemente y surgió la necesidad de contar con una sala de primeros auxilios, que atendiera las exigencias mínimas en salud de los lugareños.
Así como en 1934 se establece la primera sala de primeros auxilios del departamento de San Carlos, en la propiedad de son Bernardo Quiroga, que estaba habitado por Paúl Gardel. Allí funcionaba la panadería que abastecía al pueblo. El local estaba situado en la esquina que es hoy, Las Gras y Bernardo Quiroga, sobre el costado oeste y sur de dichas arterias. El Señor Primitivo Sancho fue el primer enfermero que atendió la sala, persona muy servicial y querida por la comunidad Sancarlina.
Con el tiempo la trasladan a un saloncito que facilito don Salomón Avala, en calle San Martín casi esquina don Busco. Funcionaba en muy precarias condiciones. Contaba con una camilla, vitrina donde guardaban el instrumental (pinzas, tijeras, bisturí, jeringas de vidrio, agujas hipodérmicas, espátulas, cajas metálicas con algodón, gasas, apósitos, frascos de tapas esmeriladas conteniendo alcohol, yodo y otros medicamentos. La desinfección de instrumental se realizaba hirviéndolo en agua, (no existía material descartadle).
Con el apoyo de don Bernardo Quiroga, se designa al enfermero Palqui y como medico de sala al doctor JOSE MARIA MENDEZ, que luego se radicara en Consulta. Esta pequeña sala iba cumpliendo su cometido, muchos adultos y niños pasaron por allí, también fueron varios los médicos, como Vera Arenas, Juan Gelardi y los enfermeros, Cora de Capurro y Moreno.
En 1951, la sala de primeros auxilios fue trasladada a su nuevo edificio de la calle Las Heras y Bernardo Quiroga costado este y sur.
949-1960
Bajo el gobierno de Blas Brisoli se inicia su ampliación. Los habitantes aumentaron y surgieron asociaciones intermedias: Unión vecinal, comisión del club, cooperadora de la Escuela, las cuales conjuntamente con el pueblo, no solo local sino también de las zonas colindantes solicitaron una sala más acorde con el tiempo que se estaba viviendo.
Fue así como la señora CELIA BUSTOS DE QUIROGA (esposa de Bernardo), se hizo eco de este pedido y donó un terreno de 5.000m2 y la construcción de un edificio de 600m2, para sala de primeros auxilios y maternidad. Contaba con dos salas de internación para diez camas, sala de parto, sanitarios y demás dependencias necesarias, que fueron base del actual hospital. La donación fue entregada en septiembre del año 1949, pero no habilitada hasta 1951, pese a que estaba dotado de todo lo necesario, más el personal para su atención.
Con el nombramiento del Dr. VICTORINO TAGARELLI en el mes de mayo de ese año se inicia la actividad en el nuevo edificio que se denominó “sala de primeros auxilios y maternidad Eugenio Bustos”. Acompañado por la obstetra Elena Herrera, los enfermeros Moreno y Gumersindo Sosa de Peralta, como cocinera María Mercedes Lobos de Ruarte(que años después fue nombrada enfermera) Graciela Morán, Margarita de Puerta, Rosa Báldame y Otilia Averió.
El 20 de junio de 1951 se atendió a la paciente Josefa Astudillo, siente esta el primer paciente, dio a luz una niña que se llamó Mitra, la cual veinte años después era madre en el mismo establecimiento, es decir que ya nacía la segunda generación.
En 1972 se inauguró la segunda etapa con la presencia del gobernador de la provincia, ingeniero Francisco Gabrielli, acompañado por el ministro de gobierno contador Sergio Ferrari, el titular de bienestar Social, Dr. Felix Gibbs y el intendente de San Carlos TRINITARIO GARCIA, las nuevas dependencias fueron bendecidas por AMBROSIO BONFANTI.
Luchando por la expansión, la dirección del hospital juntamente con la unión vecinal y pueblo siguen buscando soluciones para los problemas quirúrgicos, c radiológicos, oftalmológicos y sobretodo geriátricos. Los años se suceden y el hospital supera el 80% de su capacidad de internación y el personal aumenta a 75 empleados.
El Dr. VICTORINO TAGARELLI cumplió en 1976, 25 años ininterrumpidos al frente del establecimiento. Con un pequeño acto se celebro el acontecimiento descubriendo una placa recordatoria que expresaba agradecimiento al destacado profesional. En este acto la unión vecinal solicito la habilitación de la sala de cirugía, con nombramiento de personal idóneo. En 1977 quedo habilitado este servicio.
Cabe destacar que en el transcurso de 28 años, aquella salita donde se atendían 60 enfermos por mes, llego a superar 2.400 y en ese mismo período se atendieron 10.000 partos aproximadamente.
En 1979 una importante etapa se había cumplido el Dr. Victorino Tagarellí había resuelto acogerse a los beneficios de la jubilación. Parte de los objetivos propuestos se habían materializados, con la gravitación particular del pueblo y el municipio que apoyaron cada una de su transformaciones.
1980-1983
Los últimos años de gobiernos constitucionales, en la provincia provocaron variantes políticas y económicas que llegaron a perjudicar el sistema asistencial.
El hospital Eugenio Bustos no escapo a esta circunstancias, y entró en proceso de rápido deterioro: no funcionaba rayos x, se agravo el problema cloacal, se atendían muy pocas obras sociales, no se utilizaba la sala de cirugía, faltaban profesionales y en general el hospital no prestaba los servicios para lo que estaba preparado. Inclusive llegó a temerse el cierre del nosocomio.
En agosto de 1983, la situación hizo eclosión. Dos mil ciudadanos de San Carlos, sin banderías políticas, se alzaron en defensa de su hospital. Hacían valer sus derechos adquiridos por todo un pueblo, que ahora no estaba dispuesto a dejarse arrebatar la obra levantada con su esfuerzo y sacrificio permanente. Esta manifestación provocó la renuncia del director.
1984-1987
al asumir a fines del 1983 el gobernador constitucional Dr. Felipe Llaver, las instituciones y el pueblo todo de San Carlos reclamaron a las autoridades la normalización del hospital y solicitaron se designara como director, nuevamente al Dr. VICTORINO TAGARELLI, pedido que fuera concedido por decreto 753 con la firma del ministro de bienestar Social Rodolfo Montero, era intendente de San Carlos MIGUEL FIRPO.
Retornando a los objetivos que quedaron pendiente en la gestión anterior, en flamante director inicio reparaciones generales en el edificio para paliar el problema cloacal hizo construir tres pozos sépticos. Justamente era una de las causas para propiciar el cierre del hospital en 1983 como dijimos anteriormente.
Se reiniciaron los trámites, para la construcción del sistema cloacal, exhumando el expediente que estaba archivado. Con el apoyo de la municipalidad y el Ministerio de Bienestar Social que aportó la suma de $ 40.000, se compraron los caños para la red, llamándose a licitación el 30 de junio de 1987, para su instalación.
La primera extensión. La comisión de apoyo hizo entrega de un grupo electrógeno de 6kv obtenido con los fondos recaudados en el programa de todo corazón emitido por canal 9 Mendoza (7-11-87). Este equipo permitió que se pudiera proseguir con el servicio normal en caso de corte de luz. También se compraron tres acondicionadores de aire.
En esta gestión se rehabilito el servicio de cirugía, llegando a tener una estadística de 1.200 operaciones de mediana y alta complejidad. Se crearon los servicio de cardiología, fonoaudiología, psicología y psicopedagogía. La farmacia fue atendida por la farmacéutica Marta Pascuali y en la atención asistencial se introdujeron varios cambios. El municipio también colaboró mandando un ómnibus dos veces por mes con enfermos, para ínter consultas, a hospitales especializados de Ciudad de Mendoza.
En este período el hospital toma características DE REGIONAL, de el dependen centros de salud de Chilecitos, Pareditas, la Consulta, Villa Cabecera de san Carlos, Paso de las Carretas, después se crearon cinco centros más: Tres Esquina, Chacón, Calise, El Cepillo, y Casas Viejas, colocando módulos prefabricados conseguidos por la provincia.
En 1987 finaliza sus funciones como director, el Dr. Victorino Tagarellí. En esa oportunidad manifestó que aun quedaban objetivos sin concretar. El Dr. Humberto Tagarellí asumió la dirección del hospital.
CONCLUSIONES: El actual hospital Eugenio Bustos, tuvo sus comienzos en una pequeña sala de primeros auxilios, donada por los descendientes de ese pionero de nuestra tierra que
Fue don Eugenio Bustos y denominado así en su homenaje.
Si bien siempre todo no fue perfecto, pero aun de las cenizas del error logró rescatarse el beneficio y al fin triunfo la verdadera solidaridad.
CARRIL VIEJO A SAN CARLOS
POR Ángel Bustelo
“San Martín galopaba entre sus grandes
-tal vez Soler, tal vez Las Heras-por el
Viejo carril que va a San Carlos, y a un
Retumban los cascos acerados de los
Que aun hoy siento sus pasos”.
Se oye un redoblar de cascos y herraduras en la azulada niebla de Ugarteche, desde su grande corazón de hechura en aquella madrugada de la escarcha, como la nieve blanca como la blanca leche.
Montado en su brioso corcel blanco, galopaba entre jefes y oficiales.
El monte y la jarilla se inclinaban al paso de los caballos montaraces. Habían partido cuando aún no asomaba el alba desde el Plumerillo, cuartel de la avanzada.
Iban a galope largo, parecían la Patria hecha fantasma , ruidos de sables amantes de batallas, diez leguas ya llegaban sin demostrar cansancio, el jefe los había preparado para vencer la muerte y ella los respetaba sabiendo que su nobleza superaba al estrago.
Ya estaba en Ugarteche, desolación y campo en el camino, solo alguna parada para mover los remos, afianzar las figuras, y un apretón al cincho, un revisar el freno , un darle palmoteadas al pingo rozagante para que supiera que el que llevaba encima no era un “maturrango”. Esa palabra que decía con desprecio el coronel cuando se refería a los de la corona que yugaba a América.
Desde mí predio, mi segundo país que es “El resuello”, a solo cinco kilómetros de Ugarteche que se llamaba entonces Pampa del Sebo, meditaba, tomada de la mano la barbilla, bastante acariciada de tanto pensar en penares de la patria, la grande de la Plata y ésta, la serrana mendocina.
¿Qué fue de aquella tropa enjalbegada que cruzó el horizonte de oro y nieve buscando libertad de mano de la Aurora, que había surgido de aquel día lluvioso con cabildantes asomados a balcones y un pueblo clamando a largas voces su protagonismo verdadero?
Un pueblo que reclama justicia a la aurora para parar el crimen de lo aleve.
A distancia de dos siglos, la memoria de la gente pervive y dura, en tradición de padres a hijos, de hijos a nietos y llega a nuestro día. Por eso el mendocino siente tan suyo al San Martín heroico, que, además de jefe militar fue su intendente, y lo sigue viendo sentado en la alameda que él fundara, gozando en tórrida tarde su refresco de horchata, mientras convence con incendiado verbo a la madre negra que le entregue a su hijo para sumarlo al incendio de la patria, que ha declarado la libertad de vientre.
En la memoria de la mendocina gente del Valle de Uco y el Tupungato enhiesto, de la Pampa del Sebo enjabonando vientos ese heroísmo de coraza y pecho.
San Martín galopaba entre sus grandes-tal vez Soler, tal vez Las Heras- por el viejo carril que va a San Carlos, y aún retumban los cascos acerados de los que aún hoy siento sus pasos.
“carril Viejo a San Carlos” aún hoy se llama el que va camino a La Consulta. Ni en el tiempo ni la sombra te han borrado, sigues deseando en la gloria de la hazaña y en la memoria de los cuyanos- que te abastecieron, Capitán- con sus soldados. Buena parte murieron en combate dando a la patria sus sueños y esperanzas, sus novias sus madres.
Misterio de hechos horadados en el acero noble de tus bravos, una nación entera de sangre huarpe y negra con ese afán sagrado de liberar esclavos.
Te voy evocando, carril viejo a San Carlos, en esta tarde de dorados fríos, parado a la vera del camino, en “El resuello” que arrebate al desierto, y recreo tu furia coracera mientras levantas arenas la ventisca.
Estoy soñando tus piafantes potros, el aceitunado rostro curtido del arriero, la emblema celeste trepando la montaña, el trepidar del noble bruto y el Tupungato que se va nevando. Estoy viendo San Martín tus huellas y la de los centauros que te acompañaban a realizar la consulta con los indios.
Hoy el cemento ha querido devorar la huella pero la historia no se lo ha dejado, la historia que de padre a hijo, de hijo a nieto, hasta que aquí ha llegado a mí y estoy oyendo tu firme voz de mando.
Recopilación H. Montiel
San Martín eligió a Cuyo para formar su ejército. Poco a poco el campamento El Plumerillo fue el centro donde confluyeron los cuyanos, sin distinción de clases, desde los más pudientes, hasta los más humildes, para dar, a su patria, lo que cada uno podía", escribe el periodista Gregorio Torcetta.
17 de Agosto de 2011 | 08:02
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A mediados de la década de 1950, Los Cantores de Quilla Huasi, que entonces integraban Carlos Lastra, Ramón Nuñez, Carlos Vega Pereda y Oscar Valles, habían grabado para el sello Phillips, el tema Camino de carros, una zamba del gran autor y músico sanluiseño Rafael Arancibia Laborda.
Con el tiempo, la canción, se convirtió en un clásico de nuestra música autóctona.
Aquellos fueron los años de mi niñez y, entre otros, esa zamba me marcó hondamente por su mensaje.
Hoy, a medio siglo la vuelvo a evocar como un alegato irrefutable, para introducir el recuerdo de figuras históricas singularísimas que casi nadie conoce.
Camino de carros
“Que triste y solo has quedado caminito de los carros. El viento atiza tus llagas desnudando tus guijarros. / “El tiempo
te va borrando, se secaron tus chañares. Los tordos y las calandrias alegran otros lugares. / “Has visto pasar carretas con nuestras tropas gloriosas; viste flamear mi bandera cabalgando
victoriosa. / “Nada vale lo que fuiste; nada vale tu pasado y ahora tras de la loma vas muriendo avergonzado. / “Por eso en el corazón tengo tanto polvo y barro, porque es la suerte del criollo,
la del camino de carros”.
Andrés Tejeda, el molinero que quería ser pájaro
Hubo en aquellos años de 18l6 en Mendoza, un molinero que soñaba con volar. Se llamaba Andrés Tejeda, un humildísimo mulato que demostró una gran inteligencia y una habilidad casi fantástica. Por eso San Martín lo eligió para que en su molino cerealero se acondicionara el batán que transformaría en tela los lienzos fabricados en San Luis. Del batán de Tejeda salieron las telas con las que, las mujeres mendocinas confeccionaron los uniformes del Ejército de los Andes.
Tejeda tendría unos 30 años, carácter sombrío, de pocas palabras, pero de extraordinario ingenio. Era uno más entre los pobres del pueblo, sin ninguna instrucción, pero posiblemente la figura más pura y grande de nuestra guerra de la emancipación.
San Martín premió su singular talento aplicado al bien de la comunidad, designándolo “Ciudadano”, un título honorífico que no le daba a cualquiera. El propio San Martín dijo de Tejeda que “…era un hombre cuyo talento mecánico es pasmoso sobre toda consideración”.
Los inventos eran su pasión. En su taller decidió que volaría como otro pájaro. Con fuertes cueros flexibles, cosidos con tiento elaboró el armazón de sus propias alas revestidas con lienzo. Realizó varias pruebas a poca altura. Una vez decidido, una mañana de agosto de 1816, subió al techo de su molino y se lanzó al vacío batiendo las alas con sus brazos. Voló unos 50 metros y cayó fracturándose las piernas. Seis meses después moría cuando miles de uniformes azules, hechos con la tela salida de su batán, coloreaban las quebradas cordilleranas rumbo a Chile.
Rafael Vargas y su banda de músicos negros
Don Rafael Vargas tenía en su hacienda una banda musical propia, formada por doce negros libertos de sus antiguos dominios. Él mismo los había seleccionado por sus aptitudes musicales y los mandó a Buenos Aires a estudiar y de allá volvieron con instrumentos nuevos.
Se hizo famosa y su presencia se volvió indispensable en cuanta fiesta social y religiosa se organizara. Un buen día don Rafael hizo vestir a sus músicos con sus vistosos uniformes de gala y tomando la calle de La Cañada que llevaba directamente al campamento, los hizo desfilar hasta El Plumerillo.
Durante el trayecto se le unieron los vecinos y así la numerosa caravana llegó a presencia del coronel Las Heras, amigo
personal de don Rafael Vargas, quien, ante la sorpresa del militar y de todos los presentes, le dijo: “Coronel, aquí tiene usted la banda de su regimiento”. Fue el primer regimiento que tuvo
banda propia y la que sonó con notas de victoria después de Chacabuco y Maipú .
Josefa Tenorio fue soldado en la guerra por la independencia (*)
Josefa Tenorio fue una esclava negra que estaba al servicio de doña Gregoria Aguilar en la época de la gesta Sanmartiniana en Mendoza. Precisamente por su condición podía entender mejor que nadie la importancia de la empresa libertadora.
Habiendo corrido el rumor que el enemigo intentaba volver para esclavizar de nuevo a la patria y ante la oferta de liberar a los negros que se enrolaran en el ejército.
“…Me vestí de hombre y corrí presurosa al campamento para recibir órdenes y tomar un fusil. El general Las Heras me confió una bandera para que la defendiera con honor. Fui destinada al cuerpo de guerrillas del comandante general don Toribio Dávalos y sufrí todo el rigor de la campaña. Mi sexo no me impidió ser útil a la patria y si en un varón es todo recomendación de valor, en una mujer es extraordinario tenerlo. Suplico a V.E. que examine lo que presento y juro. Y se sirva declarar mi libertad que es lo único que apetezco”.
El general Gregorio de Las Heras le otorgó su libertad.
La india Magdalena tiñó los uniformes (*)
"San Martín miraba orgulloso y pensativo a sus soldados. Las columnas azules de la Patria Grande iban saliendo desde el campamento Plumerillo. Los sabía valientes, pero también que muchos de ellos no volverían.
Simultáneamente la india Magdalena, conmovida, también veía pasar a esos hombres, confiando en que ellos lograrían abrir las puertas de la libertad, también para sus hermanos de raza, a quienes el hombre blanco había esclavizado en su propia tierra.
Algún tiempo atrás, San Martín, asomado a su tienda de campaña, miraba hacia el cielo preguntándose quién podría conseguirle el azul que buscaba para sus uniformes, que no perdieran el color.
- Hay una india, llamada Magdalena, que conoce todos los secretos del teñido, mi general. Sólo ella puede lograrlo. Vive en La Consulta, San Carlos.
Cuando estuvo frente a ella, el general, con amabilidad no exenta de firmeza, le preguntó si se sentía capaz de lograr un azul indeleble que resistiera la acción del viento, la lluvia, la nieve y el sol. Ese sería el color de los uniformes de los libertadores de América.
- Haré todo lo que esté a mi alcance, general, respondió Magdalena.
Aquella india pehuenche de Mendoza, había recibido de sus hermanos mapuches, todos los secretos de las hierbas y colorantes. Sólo los mapuches eran capaces de lograr los más bellos azules, porque ese es su color. El de la Reina Azul que les espera en la otra vida, en el Kallfu Huenú (el cielo azul), junto al Gran Padre.
Y Magdalena, la india humilde , logró el color perfecto deseado por San Martín para aquellos 5.000 uniformes.
Y aquel día de la partida de su ejército, al momento de abandonar el campamento, el Gran Capitán, volvió sus ojos una vez más y buscando los ojos de Magdalena, le dejó, como despedida, una profunda mirada de agradecimiento a esa india que había cumplido su misión en la gesta por la independencia americana.”
Nota del autor
(*) Estas dos historias fueron rescatadas y publicadas por la docente y autora mendocina Olga Ballarini, quien las publicó el 23 y 30 de agosto de 1988 en el diario “Hoy”, en su página educativa
“Sin Tiza” dedicada a la literatura infantil. La historia de Josefa Tenorio, fue tomada por el músico Aníbal Cuadros, también comprovinciano nuestro, para componer, con ritmo de candombe, el tema
musical homónimo, que integra su cantata “Volverme raíz”, actualmente en proceso de grabación, y en la que participan destacados músicos docentes universitarios de nuestro medio, arregladores e
intérpretes.
Fuentes: Andrés Tejeda, de Juan Draghi Lucero; Manual del Folklore Cuyano, de A. Rodríguez y Elena Moreno
RECOPILACION. H. MONTIEL
UN CAFECITO JUNTO A ISABEL SARLI
El bar-cine fue durante fue durante décadas
Una costumbre de los espectadores mendocinos.
Hubo dos clásicos: Colon y La Bolsa.
Desde que las películas llegaron a Mendoza, a principio del siglo XX, el público local se hizo la costumbre de asistir a las funciones de los llamados bar- cine o “confitería con cinematógrafo continuo”.
De entre los muchos que se instalaron en el centro, dos pasaron a la historia por lo popular que se volvieron pero también por ser diametralmente opuesto. Por un lado estaba La Colon Familiar, selecta y de clase, por el otro. La Bolsa, antro para adolescentes sin coleros, noctámbulos y amanecidos, cine que puede ser considerado abuelo de las actuales cabinas XX así como de los sitios para “levante” gay mendocinos.
Hoy puede parecernos insólito, pero el café fue el ámbito natural para el cine. La primera vez que se proyectaron imágenes animadas fue en 1895 en el parisino café boulevard de capucine. En la provincia ya en 1901 la confitería de Francisco Mendizábal anunciaba proyecciones luminosas especiales y programa musical a cargo de la orquesta de la casa para atraer a sus clientes. La primera sala especialmente construida para ver películas surgió en 1911, El centenario, fue la primera con platea alta para eliminar el conflicto que producían los sombreros a veces demasiado altos de las señoras.
Con el arribo de la sucursal local de la confitería Colon, no solo se pondrá de moda el cine-bar, sino también nacerá el emblemático cafecito mendocino. Fue en 1909 cuando ocupó la esquina noroeste de San Martín y Necochea.
Había que atravesar el salón donde las familias merendaban o cenaban, pagar el boleto tras pasar un pesado cortinado, se ingresaba a la de proyecciones, que tenía platea y palco. En un tercer recinto tomaba café el público en general.
Las funciones eran en la tarde y la noche amenizabas por una banda. Y, por ejemplo, en 1915 se proyectaron producciones nacionales como Amalia y patria. También la orquesta puso música a las óperas mudas, como la revuelta de las rosas, que el público vio en la Colon mientras degustaba su publicitada repostería.
Del mismo estilo fue la Mascota, fundada en 1916, ubicada en las primeras cuadras de La Alameda, solo que a diferencia de la Colon, la barra se levantaba en la misma sala que la pantalla,
Por lo cual la consumición era obligatoria. En su libro de recuerdos locales, Julio Genosini Rossi apunto que contaba con una orquesta, que tenía un clarinetista cinéfilo que no perdía detalle de cada filme y vivía soplando su instrumento con la vista fija en la pantalla. Incluso, cuando alguien le tapaba, se ponía de pié y seguía mirando sin extraviar una sola semicorchea.
Sin dudas, el bar-cine La Bolsa es el más recordado, remembranza que suele venir acompañada de un sonrisita picara. Fue el primer cine exclusivo para hombres en Mendoza, idea de un tal Rafaelli. Se ubicaba en Necochea 71, era un lugar pequeño, con dos grupo de mesas y sillas a ambos costados apenas se ingresaba y después varias filas de butacas. Contiguo estaba el bar Jamaica y se comunicaba al cine por una puertita por la que los mozos iban y venían con sus bandejas para servir a los espectadores.
En su libro recuerdos juveniles, Francisco Reig da dos versiones del origen de su nombre. La primera. Tal vez la más acertada, hacía referencia a que en el Jamaica se reunían comerciantes y bancarios a hacer transacciones una minúscula bolsa de comercio, por lo que también se lo llamaba bar de La Bolsa. La otra versión se refiere a la variedad de especímenes que conformaban el público del cine y de acuerdo al dicho “todos a la bolsa”.
Es que aquello era un zoológico que iba variando de acuerdo a la hora de las funciones: a las 10 e la mañana y cerraba luego de la media noche. “En la mañana iba la gente mayor y respetuosa –comenta Reig-. En la tarde el público más y los comentarios picarescos en relación a la película eran parte del espectáculo. En la noche, se llenaba con gente que salía del comercio y los estudiantes que se hacían la sincola”.
A diferencias de otras salas se permitía fumar, por lo cual los sincoleros eran casi siempre eran detectados por sus padres debido al olor del cigarrillo con que todos salían.
Ahí se podían ver principalmente películas de Cow boys y las consideradas picarescas, todas de cuestionable calidad, lo que aseguraba que el público formal se mantuviera a distancia. También dio espacio a las películas de Isabel Sarli. Eso sí, la versión que se podía ver en el país.
Un asiduo “bolsero”, al que llamaremos E., comenta que entre el público había habitués por lo cual era muy común que en medio de la exhibición alguien entrara preguntando por tal o cual. “escondido por la oscuridad, solían contestarle: se está acostando con tu vieja. Por supuesto que sí el tipo que estaba no daba señales de vida”.
E. también relata que entre los frecuentadores estaban los Gays de la época. ”Iban los muchachones que querían ganarse una monedas y se dejaban manosear o se iban a otro lado, eso muchas veces produjo más de una trifulca. Pero las luces nunca se encendían, el propietario de turno sabía que los asistentes no deseaban se expuestos, así afuera estallara una guerra.
Cerro en la de cada del 60 y hoy en el mismo local funciona una casa de lotería y quiniela.
DÍA DE GLORIA PARA LOS GRANADEROS
En marzo de 1812 llegaba a Buenos Aires el teniente Coronel José de San Martín. Seis meses antes estaba al servicio del Ejército Español. Se enteró de que había estallado la revolución por la independencia en su tierra natal y renuncio a una carrera destacada y un porvenir promisorio para ofrecer sus servicios a la Patria.
La primera tarea que recibió del gobierno fue la creación de una unidad de caballería, el legendario Regimiento de Granaderos a Caballo. Personalmente eligió a sus hombres y los formo espiritual, intelectual y técnicamente. Constituyo así el cuerpo que sería ejemplo y modelo para el ejército de la patria naciente.
En el comienzo de 1813, san Martín-había sido ascendido a coronel el 12 de octubre de 1812 por el triunvirato-tenía la misión de proteger el litoral fluvial del rio de la plata y del Paraná contra las incursiones de la marina realista que, desde su base de Montevideo, dominaba el estuario.
A mediados de enero se tuvo conocimiento de que una escuadrilla de una docena de buques mercantes armados en corso, con 300 voluntarios de las milicias urbanas de Montevideo embarcados, se prestaba a operar en el rio Paraná. Su intención era obtener víveres para la sitiada ciudad, aunque esto no lo sabían los patriotas.
Cinco días de marcha nocturna. San Martín recibió la orden de seguir por tierra el desplazamiento de la flota y atacar sus fuerzas cuando intentaran un desembarco. Para cumplirla, organizo una agrupación integrada por un escuadrón de 150 hombres y una compañía del regimiento de infantería 2, la que quedó rezagada por falta de ganado para la marcha. El 28 de enero inicio el camino, siempre de noche, por la temperatura. Cinco días después alcanzo el convento de san carlos en san Lorenzo, donde paso al descanso.
En el amanecer del 3 de febrero observo dese el campanario el desembarco de 250 infantes con dos pequeñas piezas de artillería. Formo el escuadrón en dos compañía, puso una a órdenes del capitán Justo German Bermúdez, y asumió personalmente el comando de la otra mientras los realista avanzaban hacia el convento, sorpresivamente fueron cargados por los Granaderos.
San Martín fue a la cabeza de su compañía por la izquierda, mientras Bermúdez lo hacía por la derecha. En el choque, el caballo del padre de la Patria fue abatido, y el recibió una herida de arma blanca en la mejilla izquierda. Salvó su vida por la acción de dos granaderos, el puntano Baigorria y el correntino Juan Bautista Cabral el que fue herido mortalmente.
El combate tuvo una rápida definición y los enemigos se replegaron desordenadamente en sus barcos. Dejaron 40 muertos y tomaron 14 prisioneros, además de su bandera, los 2 cañones y otros armamentos.
Cabral mártir de San Lorenzo. La Bandera fue capturada por el teniente Hipólito Bouchard, que años más tarde prestaría servicio en la marina de guerra y daría la vuelta al mundo al mando de la fragata La Argentina.
Las bajas de los granaderos ascendieron a 6 muertos entre ellos el capitán Bermúdez-y 20 heridos, la mitad de los cuales fallecieron luego de la batalla, como consecuencia de sus lesiones.
En el combate San Martín, demostró su proverbial valor, encabezando el ataque de sus hombres, como correspondía en la caballería de la época, ello puso en grave peligro su vida. A quien se la salvo, a costa de la suya le manifestó repetidamente su agradecimiento: el santo y seña de la noche del 4 de febrero de 1813 fue Cabral, mártir de San Lorenzo.
Viva La Patria, granaderos. En la entrada del cuartel del Regimiento en el retiro, se colocó un cartel en su homenaje, y en la formación de la retreta, todas las tardes, al pasar lista se leía Juan Bautista Cabral, y un Sargento contestaba: murió en campo de honor, pero existe en nuestros corazones. Viva la Patria, granaderos. Esta tradición se conserva actualmente.
El combate de San Lorenzo tuvo escasa importancia en el desarrollo de la guerra de la Independencia, pero sirvió a San Martín para infundir respeto y temor en el enemigo, levantar la moral de la población y ganar la confianza de sus compatriotas. Fue también la primera batalla con sus granaderos a caballo.
PIEDRA DEL INDIO EN EL PASO DE LAS CARRERAS-SAN CARLOS-MENDOZA
Si quieres ver las cosas de la naturaleza y su creación, no puedes dejar de ver la "Piedra del Indio" ubicada en el paraje Paso de Las Carretas departamento de San Carlos Mendoza, es una piedra con muchos orificios hechos en forma perfecta, Este atractivo natural se ubica muy cercano a la ruta nacional 143 y a unos tres kilómetros de la zona urbana del paso de las carretas, paraje que cuenta con una sala de primeros auxilios, la Escuela Benito Linch, y las Capilla. Con una extensa historia. A la piedra del indio se puede acceder caminando por el arroyo seco denominada Salamanca, estos terrenos pertenecen al municipio de San Carlos. Se solicitó al Ejecutivo Municipal el resguardo patrimonial de los terrenos adyacentes al arroyo Salamanca, Paso de Las Carretas. Obteniendo resultados positivo. Este lugar consta de la naturaleza con flora y fauna autóctonas. Rodeado de la belleza que brinda la naturaleza se puede contemplar la cordillera Andina y la pureza del Campo.
Nadie se sabe cómo se trabajó para realizar estas perforaciones y cuál fue el propósito de los mismos. Algunos manifiestan que es para juntar agua en épocas de lluvia. Obviamente que esta era zona de poblaciones indígenas hasta el fuerte San Juan distantes a unos 10 km al Sur Oeste. Nadie sabe el origen de esta piedra. Hoy por hoy se trabaja en eso para ver el origen de la misma…
Recopilador: Heriberto Montiel.
DIA DE LOS SANTOS DIFUNTOS:
El Día de Muertos es una celebración mexicana que honra a los ancestros durante el 2 de noviembre, coincidiendo con la celebración católica del Día de los Fieles Difuntos. Aunque se ve primariamente como una festividad mexicana, también se celebra en muchas comunidades de los Estados Unidos donde existe una gran población México-americana, y en una menor medida también se celebra en algunas partes de Latinoamérica.
A pesar de ser un tema morboso, esta festividad se celebra alegremente, y aunque ocurre en fechas cercanas al Día de Todos Los Santos, y al Día de todas las Almas, en lugar de sentirse temerosos de espíritus malévolos, el humor en el día de los muertos es mucho más relajado, similar al Halloween, con un mayor énfasis en la celebración, pero honrando las vidas de los difuntos.
Los orígenes de la celebración del Día de Muertos en México, pueden ser trazados hasta la época de los indígenas de Mesoamérica, tales como los Aztecas, Mayas, Purepechas, Nahuas y Totonacas. Los rituales que celebran las vidas de los ancestros se realizaron por estas civilizaciones por lo menos durante los últimos 3,000 años. En la era prehispánica era común la práctica de conservar los cráneos como trofeos y mostrarlos durante los rituales que simbolizaban la muerte y el renacimiento.
El festival que se convirtió en el Día de Muertos cayó en el noveno el mes del calendario solar azteca, cerca del inicio de agosto, y era celebrado durante un mes completo. Las festividades eran presididas por el dios Mictecacihuatl, conocido como la "Dama de la muerte" (actualmente corresponde con "la Catrina"). Las festividades eran dedicadas a la celebración de los niños y las vidas de parientes fallecidos
Cuando los conquistadores españoles llegaron a América en el siglo XV, ellos estuvieron aterrados por las practicas paganas de los indígenas, y en un intento de convertir a los nativos americanos al catolicismo movieron el festival hacia fechas en el inicio de noviembre para que coincidiesen con las festividades católicas del Día de todos los Santos y Todas las Almas. El Día de Todos los Santos es un día después de Halloween, donde este último fue también un ritual pagano de Samhain, el día céltico del banquete de los muertos. Los españoles combinaron las costumbres de Halloween con el festival similar mesoamericano, creando de este modo el Día de Muertos.
Cercana a esta celebración se encuentra el Día de Todos Los Santos, Día de Todos Los Santos, fiesta religiosa que se celebra en muchos países de tradición cristiana. En los países de tradición católica, se celebra el 1 de noviembre; mientras que en la Iglesia Ortodoxa se celebra el primer domingo después del Pentecostés. En ella se veneran a todos los santos que no tienen una fiesta propia en el calendario eclesial. Por tradición es un día feriado no laborable.
Existen versiones que señalan que esta fecha fue establecida como una respuesta ante la celebración pagana del 31 de octubre. Pero estas versiones no resultan muy sólidas por cuanto la celebración del "Halloween" o "día de las brujas" es una festividad proveniente de los Estados Unidos de América. En España, dentro de la tradición católica se realiza una visita donde yacen los seres queridos. En Cataluña se celebra la denominada castanyada en la que se comen boniatos, castañas y panellets. En México se hacen ofrendas para agasajar a los fallecidos y celebrar esos dos días, que se quitan el día 2 por la noche, pudiéndose consumir en ese momento.
Recopilación H. Heriberto Montiel.
CHACRA DE BARRIALES.
La presencia sanmartiniana es el este mendocino es una realidad evidente que no sólo contribuyo activamente a la formación del ejercito de los andes, sino que hoy constituye un referente para un aspecto de su vida, tal vez poco recordado.
Conocemos por distintos documentos históricos, en especial cartas a sus amigos, el profundo sentimiento que lo unía a estas tierras – el retamo y los barriales -, a las cuales llega por primera vez al ser nombrado gobernador intendente de cuyo y descansar una noche en la posta El retamo, antes de presentarse al cabildo de Mendoza.
Pronto los predio del este-actualmente las Paz, Santa Rosa. Rivadavia, Junín y San Martín –contribuirán al mantenimiento de los animales que utilizaran en la campaña Libertadora y, al vender los terrenos que el estado tenía en el lugar aportaran ingresos al erario.
Junto a la acequia de la Patria. La gente ayuda, al igual que el resto de cuyo, en la organización del ejército con distintos elementos y las autoridades compensa, al igual que a los soldados y oficiales, por sus méritos en el campo de batalla, donándoles terrenos relativamente cercanos al río Tunuyán
El General San Martín es uno de los vecinos destacados del este mendocino, porque adquiere doce cuadras a don Rudecindo Ahumada en 1818 junto a la acequia de la Patria, a la que había incentivado a abrir. En estos lugares construirá un molino, para obtener harina para el pan de la población de la villa que comienza formarse. Sin embargo, guardo especial predilección por su chacra, obtenida por una donación del Cabildo de Mendoza a su hija Mercedes Tomasa. Comprendía doscientas cincuenta cuadra entre la calle Pirovano al oeste, Ruta Provincial 50 al norte, calle Espejo al sur y Olivares al este de la ciudad de General San Martín. La surcaban las aguas de la cañada de Moyano, derivada del Río Tunuyán.
Conocida como chacra de los Barriales es dejada al cuidado de don Pedro Avícula Moyano, mientras realizaba la campaña a Chile y Perú. En ella se engorda ganado, cría ovejas cultiva alfalfa y además construye su hogar, una vivienda que se ubicó…inmediato al carril.
La tierra soñada. La casa es particular. Tiene bóvedas. Cuando en 1838 visita Mendoza Mauricio Rugendas, uno de los temas de su dibujo es el solar de San Martín. El artista con su obra contribuyo afirmar lo que la tradición oral narraba: una vivienda con dos grande habitaciones en los extremos y una central con techo en forma de cúpula, de mayor tamaño en las salas amplias y tres pequeñas en el medio. En total, cinco.
“Tebaida” es la chacra la tierra de la cual nunca se desprende y siempre adora. El paso del tiempo destruye la casa, pero la gente del lugar y uno de los compradores de la propiedad deciden construir un nuevo edificio, para otros fines con la viva imagen de la antigua vivienda, abstracción y síntesis del recuero popular que hoy conocemos como museo las Bóvedas.
San Martín seño con su chacra, una chacra con serenos atardeceres, la cordillera que invita contemplar viejas glorias, una vertiente natural , el silencio que se rompe con el canto de las aves silvestres, sauces, la tierra que se vuelve fértil con la labranza.
Si siempre soñó con su tebaida, el refugio para la soledad profunda del hombre que quiso ser agricultor.
Cecilia Marigliano Universidad Nacional de Cuyo.
Recopilación H. Montiel
Si hay dos símbolos del sentimiento de Nación que se fueron construyendo a través de la historia y que calan profundo en el corazón de los argentinos y las argentinas, estos son José de San Martín y las Islas Malvinas; dos “banderas” que sin ninguna duda unen a los argentinos.
Pero a pesar de que los acontecimientos por los que se transformaron en íconos sucedieron en diferentes momentos en la historia nacional, hay un punto de encuentro entre ambos. Y en estos momentos que atravesamos el 40 aniversario de la recuperación de nuestras islas, es más que interesante conocer los detalle de esta historia.
Según nos cuenta el investigador Eduardo Barcelona “a tan solo 40 días de haberse declarado la Independencia el 9 de Julio de 1816, el general envió una carta al ministro de Guerra del país en la que hace mención a las Islas, dando muestras de conocimiento del territorio que la Nación recibió de lo que había sido el virreinato del Río de la Plata.
Ese documento se suma a la serie de antecedentes históricos, geográficos y políticos que respaldan el reclamo de soberanía de la Argentina sobre el archipiélago.
“El Libertador le escribió al ministro de Guerra, coronel Antonio Beruti, el 14 de agosto de 1816 desde Mendoza, y allí le pedía que ‘disponga que todos los de alta clase que se hallen presos en esa jurisdicción de su mando sentenciados a los presidios de Patagones, Malvinas u otros sean remitidos a esta capital con copias de sus respectivas condenas y a la mayor seguridad posible comprendiendo también en ellos a los desertores contumaces en este delito’.
.
Continúa el relato de Barcelona contando que “el propósito de San Martín era reunir a la mayor cantidad posible de soldados para integrar el Ejército de Los Andes, que en cinco meses más comenzaría la epopeya del cruce de la segunda mayor cordillera del planeta, con la misión de liberar a Chile y al Perú del imperio español.
“El Ejército de Los Andes sumó alrededor de 4.500 hombres en el momento del lanzamiento de la campaña militar, el 17 de enero de 1817 y estuvo integrado por chilenos y argentinos, un millar de ellos negros y esclavos que al integrarse a filas lograban su plena libertad.
Es interesante reconstruir el periplo que recorría la carta de San Martín, ya que la misma fue comprada por el gremio de los diplomáticos argentinos en 1988 en una subasta en Londres, Inglaterra, y luego donada a la Cancillería, cuyo original sigue en poder del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto.
“Dice San Martín en la misiva a Beruti que el interés por los condenados en Malvinas lo hace ‘con el objeto de hacer útiles al Estado estos individuos... retrayéndolos de sus pasados extravíos (y) los conduzcan por las sendas de la probidad y honor con provecho de la causa pública’, continúa contando el investigador.
El ex titular del Museo Malvinas, Federico Lorenz, destacó "el conocimiento de San Martín sobre el territorio de lo que hoy es la Argentina", pero aclaró que en las islas nunca hubo un presidio, sino "que se enviaba allá a las personas condenadas, que permanecían en condición de reclusos".
También subrayó el hecho de que el prócer más importante del país se haya referido en una carta manuscrita a las Islas Malvinas, lo cual constituye un antecedente de gran valor a favor del reclamo de soberanía.
Fuente: Télam
Juan tomó el martillo y selló con bronca esa caja de madera. Dio vuelta una dolorosa página y se aseguró de que no vuelva, cerrando aquel ciclo con las herramientas que tenía a mano. No se le conocía tono de voz alto y nadie oyó de sus labios una palabrota, pero la rabia con la que dirigió los certeros golpes a los clavos le permitieron mantener durante más de medio siglo esta historia en el olvido, dentro de ese cofre. Pero su hijo Ricardo, que apenas caminaba cuando todo sucedió, un día se encontró con la más fantástica historia que Juan Gálvez, el máximo ganador y campeón del Turismo Carretera, había archivado.
La Coupé del año 1939 que conducía Juan es, acaso, el vehículo emblemático de los 85 años de historia del TC. Desde que debutó como piloto en 1941, luego de ser acompañante de su hermano Oscar, hasta el día de su accidente mortal en 1963 conducía un auto al que iba aplicando mejoras e ingeniosos desarrollos. Exclusivamente, cuando se creó el autódromo de Buenos Aires, que hoy eterniza la memoria de los hermanos Gálvez, preparó un vehículo especial para carreras cortas. Pero para el resto del año, en las máximas exigencias y el clásico Gran Premio, estaba la base de esa Coupé 1939. Logró 56 victorias y fue campeón nueve veces en doce años ininterrumpidos en los que sólo su hermano (dos veces) y Rolo de Alzaga le quitaron la corona del TC, dos récords que continúan siendo imbatibles.
Ese coche no había ganado siquiera una carrera con Juancito al volante cuando una figura pueblerina llegó al taller, por entonces sobre calle Soler.
Era un fanático que además del deporte motor y los Gálvez tenía en su sangre otra pasión. Con insistencia logró el permiso de entrar al recinto donde la magia de la mecánica sucedía y le dejaron dibujar los detalles de aquél vehículo para replicar en una maqueta que estaba preparando. Pasaron meses de esporádicas visitas, en los que llegaron triunfos de Juan y casi dos años después se apareció con una caja delante de su ídolo. "Papá se impresionó con lo que este hombre había hecho", cuenta Ricardo Gálvez a Líbero. El hijo menor del piloto, que recoge los testimonios de su madre, María, recuerda que "ese auto tenía todos los detalles, desde las goteras de las puertas, el repujado de los vidrios, a los parabrisas que se abrían. Y estaba siempre en el escritorio de papá".Se metieron en casa creyendo que Perón bancaba a los Gálvez"
Pero un día la residencia y taller de Av. Avellaneda se dio vuelta. La llamada "revolución libertadora" que había derrocado a Juan Domingo Perón en 1955 continuaba investigando todo vínculo y la coupé de Juan tenía por entonces la leyenda de 'Fundación Eva Perón'. La gentileza del mensaje en el auto tenía, más bien, el propósito de abrir otras puertas en búsqueda de financiar las campañas recorriendo el país con el TC. "Se metieron en la casa con la creencia de que Perón bancaba a los Gálvez y ellos jamás pusieron plata en los autos", insistió Ricardo, aclarando que "todo lo que intervinieron tuvieron que devolver. Se llevaron hasta el auto de calle y el autito de réplica lo tomó un Coronel". Pasaron los meses y ninguna anomalía en las cuentas familiares se pudo comprobar, se reestablecieron bienes pero de la pequeña coupé no hubo novedad.
Juancito y Ricardo (parado atrás) jugaban con su padre. El Grafico-1956.
La primera pista llegó de la mano de un alto rango militar. Éste hizo una visita a Juan y le aseguró que sabía donde estaba el auto: "Cuando se lo trae estaba destruido. El hijo lo usaba para jugar, se sentaba en el techo y se empujaba con los pies... Las ruedas y las puertas se habían perdido y, con bronca, papá lo metió en una caja de madera que encontró", contó Ricardo. Era una de esas en donde enviaban las piezas de repuesto desde Estados Unidos para el auto de competencia con la leyenda FOMOCO (de Ford Motor Company), que pasó a ser féretro de este chasis y sus piezas arrancadas. "Mi madre recuerda verlo con la cara roja y la sangre en la cabeza, indignado con toda esa injusticia", recalca el heredero del gran campeón.
Imperturbables por más de cincuenta años, los clavos de esa urna serían desafiados tras un hecho casual, de todos los días. Ricardo pasó por la casa de su madre a chequear, de rutina, una situación con el tanque de agua y se topó con esa caja de repuestos. Permanecía en la residencia compartiendo el paso del tiempo en un entretecho, junto a algunos trofeos. Y por esos tiempos se cruza con otra señal: Invitado a una peña de fanáticos, se acerca a la Asociación Amigos del TC en la localidad de San Martín y la sorpresa de un autito de escala similar y en impecables condiciones lo enloquece. Ricardo contacta al hombre que hizo ese trabajo y le encarga la restauración de la coupé que recientemente rescató de la penumbra pero a las pocas semanas fallece el artesano, Rubén Verón, y nuevamente el auto queda a la deriva.
Tomaron pintura del mismo tarro que sobró de la Coupé original.
Los muchachos de la peña recuperan las partes y un nuevo capítulo de esta historia comenzó cuando Raúl Acosta, padre de quien preside la AATC, tomó la caja y armó en su taller una base para trabajar en la réplica 1:10 del bólido rutero. A sus 84 años, 'Coco' se sintió rejuvenecer y dirigió sus fuerzas en este encargo del destino, honrando a quien fuera su ídolo de las carreras. Mandó a fabricar las llantas de aluminio con una casa de matriz frente a su taller mecánico y con caucho real se hicieron las cubiertas. "Con una ruedita de cortar ravioles, en zig-zag, hicimos el dibujo de las ruedas", recordó Acosta al revivir paso a paso la rehabilitación. Soñaba con el auto, por casi dos años dejaba a un lado su propio trabajo o despertaba en las noches con ideas para los arreglos que eran anotadas o dibujadas. Fabricó todo lo que le hacía falta al pequeño, hasta los faroles usando como marco el lado cóncavo de una huevera de codorniz. Toda la experiencia de un mecánico que visita talleres desde que salía de la primaria, a los 9 años, se puso en juego para darle movimiento a cada pieza tal como en el auto real: dirección, ruedas, baúl, faros buscahuellas o la apertura de puertas; para lo que solo es necesario unir delicadamente pulgar con índice y accionar. Incluso la pintura fue reeditada, puesto que una fábrica del Gran Buenos Aires trabajó en replicar los tonos originales que, realmente, habían sido tomados de un tacho que el propio Juan le prestó al maquetero original. Y hasta un tango se le ha dedicado, por Carlos Prina y Luis Carniglia, titulado 'La Coupé de Juan'.
"A papá le hubiera dado mucha felicidad. Se lo sacaron por maldad y tuvo una simbología. Mi madre no podía creer estar viendo el auto en las mismas condiciones", rescata con asombro Ricardo Gálvez. Por eso consideran a este vehículo como parte de la familia, representa el arduo trabajo de un fanático del que se desconoce la identidad, la infamia con la que otros anónimos lo tomaron y la manera en que todo se acomodó para volver a su origen. Hoy reposa en el comedor de la casa, con luces led que la propia 'Mery' enciende para lucir detalles ante las visitas. Finalmente, un letrista apasionado le devolvió la identidad al pintar las publicidades y cerrar el círculo de la historia con la frase que enfadó a los militares en el parante lateral de la coupé de Juan
Tomaron pintura del mismo tarro que sobró de la Coupé original.
Los muchachos de la peña recuperan las partes y un nuevo capítulo de esta historia comenzó cuando Raúl Acosta, padre de quien preside la AATC, tomó la caja y armó en su taller una base para trabajar en la réplica 1:10 del bólido rutero. A sus 84 años, 'Coco' se sintió rejuvenecer y dirigió sus fuerzas en este encargo del destino, honrando a quien fuera su ídolo de las carreras. Mandó a fabricar las llantas de aluminio con una casa de matriz frente a su taller mecánico y con caucho real se hicieron las cubiertas. "Con una ruedita de cortar ravioles, en zig-zag, hicimos el dibujo de las ruedas", recordó Acosta al revivir paso a paso la rehabilitación. Soñaba con el auto, por casi dos años dejaba a un lado su propio trabajo o despertaba en las noches con ideas para los arreglos que eran anotadas o dibujadas. Fabricó todo lo que le hacía falta al pequeño, hasta los faroles usando como marco el lado cóncavo de una huevera de codorniz. Toda la experiencia de un mecánico que visita talleres desde que salía de la primaria, a los 9 años, se puso en juego para darle movimiento a cada pieza tal como en el auto real: dirección, ruedas, baúl, faros buscahuellas o la apertura de puertas; para lo que solo es necesario unir delicadamente pulgar con índice y accionar. Incluso la pintura fue reeditada, puesto que una fábrica del Gran Buenos Aires trabajó en replicar los tonos originales que, realmente, habían sido tomados de un tacho que el propio Juan le prestó al maquetero original. Y hasta un tango se le ha dedicado, por Carlos Prina y Luis Carniglia, titulado 'La Coupé de Juan'.
"A papá le hubiera dado mucha felicidad. Se lo sacaron por maldad y tuvo una simbología. Mi madre no podía creer estar viendo el auto en las mismas condiciones", rescata con asombro Ricardo Gálvez. Por eso consideran a este vehículo como parte de la familia, representa el arduo trabajo de un fanático del que se desconoce la identidad, la infamia con la que otros anónimos lo tomaron y la manera en que todo se acomodó para volver a su origen. Hoy reposa en el comedor de la casa, con luces led que la propia 'Mery' enciende para lucir detalles ante las visitas. Finalmente, un letrista apasionado le devolvió la identidad al pintar las publicidades y cerrar el círculo de la historia con la frase que enfadó a los militares en el parante lateral de la coupé de Juan
Váyanse ustedes, que tienen hijos. Yo me quedo” gritó Oscar Ismael Poltronieri mientras
disparaba contra más de 600 ingleses desde el "Monte Dos Hermanas" en las Islas Malvinas hace 37 años.
Oscar Ismael Poltronieri con 18 años y siendo analfabeto, por sus acciones de combate durante la batalla del "Cerro Dos Hermanas" en la Guerra de Malvinas, quien era operador de una ametralladora, y desoyendo la orden de retirada y quedándose combatiendo él solo, permitió el repliegue de todos sus compañeros (más de 150 soldados incluidos sus superiores) a zonas seguras y disparando al enemigo con su única boca de fuego.
Impidió el avance de todo el dispositivo ofensivo británico durante más de 10 horas.
No podía moverse por estar herido. Prefirió quedarse cubriendo la retirada de sus compañeros, consciente de que, herido como estaba, los iba a retrasar. Solito, herido y de noche, se bancó enfrentar a los soldados más profesionales del mundo.
Por este acto recibió la medalla "La Cruz de la Nación Argentina al Heroico Valor en Combate". Es el único soldado conscripto vivo en recibir la máxima condecoración que otorga nuestra Nación.
Luego de la Guerra, Oscar intentó suicidarse, vendió baratijas en los colectivos y trabajó de remisero.
Pero lo más importante fue que soldados y oficiales ingleses lo buscaron para expresar su admiración por él y fue condecorado en Inglaterra con "La Cruz de Hierro al Valor".
En los colegios de nuestro país los alumnos no lo conocen, no saben quién es.
La historia es contar, narrar los acontecimientos, hechos, junto a sus personajes, los verdaderos protagonistas.
Al contar y compartirlo colaboramos con el maravilloso proceso de construcción de la memoria y el honor de un pueblo, de una Nación "Argentina" y su transmisión a las generaciones venideras.
"...Los únicos héroes que se mueren son los que se olvidan.
Rec. h.Montiel
El 1° de mayo se conmemora en todo el Mundo el Día Internacional del Trabajador en homenaje a los llamados Mártires de Chicago, un grupo de sindicalistas anarquistas ejecutados en 1886. Ese mismo año, la Noble Order of the Knights of Labor, una organización de trabajadores, logró que el sector empresarial cediese ante las huelgas en todos los EEUU y reconociera la Jornada laboral de 8 horas.
El presidente Andrew Johnson, promulgó la ley estableciendo ocho horas de trabajo diario. Los empleadores se negaron a acatarla, y los trabajadores de la ciudad industrial de Chicago iniciaron una huelga el 1º de mayo, que comenzó con una manifestación de más de 80.000 trabajadoresl liderados por Albert Pearsons.
Los sectores reaccionarion calificando al movimiento como "indignante e irrespetuoso" y "antipatriota", manifestando que era "lo mismo que pedir que se pague un salario sin cumplir ninguna hora de trabajo".
El conflicto se extendió a otras ciudades ,con más de 400.000 obreros movilizados en 5.000 huelgas simultáneas. La magnitud de la protesta causó preocupación al gobierno y empresarios, que creyeron ver en las manifestaciones y huelgas el inicio de una revolución anarquista.
La fábrica Mc.Cormik de Chicago no reconoció la victoria de los trabajadores y el 1º de mayo de aquel año la policía disparó contra los manifestantes que, a las puertas de la fábrica, reivindicaban el nuevo acuerdo. Durante los siguientes días murieron más trabajadores, hasta que el día 4 una bomba estalló contra las fuerzas policiales, suceso conocido como "el atentado de Haymarket".
En la actualidad, muchos países rememoran el 1º de mayo como el origen del movimiento obrero moderno. Hay algunos que no lo hacen –en general, países de colonización británica–, como Estados Unidos y Canadá, que celebran el Labor Day (Día del Trabajo) el primer lunes de septiembre; Nueva Zelanda, el cuarto lunes de octubre.
En la Argentina
El primer acto del Día del Trabajador se realizó en 1890, en el Prado Español de Buenos Aires, y contó con la participación de numerosos movimientos obreros, integrados en su mayoría por inmigrantes alemanes, italianos, españoles y portugueses. Desde entonces se celebra cada 1º de mayo el Día del trabajador.
Años más tarde, Argentina atravesará por distintas instancias en la reivindicación de los derechos de los trabajadores, tanto de hombres como mujeres, reconociéndose estos para ambos.
A partir de la primera presidencia de Juan Domingo Perón (1946-1952), la conmemoración del Día del Trabajador alcanzaría una notable importancia, organizándose celebraciones multitudinarias en todo el país. A raíz de las numerosas reivindicaciones obreras logradas por el peronismo, el 1º de mayo se convirtió en un día emblemático: entre las diversas manifestaciones de entonces se destaca la convocatoria de los obreros en la Plaza de Mayo, quienes llegaban en multitud desde temprano para escuchar el discurso del presidente.
Rec. H. Montiel